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sábado, 9 de marzo de 2013

DELINCUENCIA EN LIMA

                                   La delincuencia juvenil en Lima


La preocupación frente al avance de la delincuencia en nuestra sociedad es inmensa y justificada, sin embargo, que ésta ola de infracciones hacia la Ley y buenas costumbres se arraigue a los jóvenes y mas aun que tenga a ellos como protagonistas, eso es mucho más aterrador.

En Lima a pesar del esfuerzo que nuestras autoridades hacen por controlar la delincuencia, y decimos controlar por que es muy pronto para hablar de erradicar, ésta crece cada vez mas sin distinguir genero, edad, clase o nivel social y se acentúa en los jóvenes.

A consecuencia de este problema nacen las siguientes interrogantes: ¿Qué esta pasando con nuestros jóvenes? ¿Qué hacen sus familias frente a este problema? ¿Les estaremos prestando la debida atención? ¿Que los empuja a delinquir, necesidad o simplemente falta de conciencia y valores? ¿Existe seguridad ciudadana eficiente?, etc.  Son muchas las preguntas que nos hacemos al ver que día a día la delincuencia juvenil invade nuestra ciudad y se consolida como una fuerte amenaza interna para nuestro país.  Si el Perú tiene una directriz bien marcada hacia la prosperidad y desarrollo ¿Por que tenemos línea decreciente en cuanto a seguridad ciudadana?


Importancia e influencia socio-familiar frente a la delincuencia.

En la familia.

Punto de inicio, es allí donde debemos enfatizar en la educación, valores y principios que debemos inculcar a nuestros hijos, deseos de superación, interés por la cultura y sobre todo la autoestima.

Esto funciona a temprana edad, pero cuando están en la etapa de adolescencia debemos ser muy atinados e inteligentes para cuidar y encaminar a nuestros hijos. No olvidemos que la adolescencia es la etapa más difícil del ser humano, donde creen que toda orientación del padre es para privarlos de diversión o piensan que son autosuficientes y optan por descubrir diversos aspectos de la vida. Muchos de ellos se pierden en la inmoralidad y libertinaje. 
En la sociedad.

Si bien es cierto que la familia es el punto de inicio para la formación de la persona, la sociedad influye mucho para la continuidad del desarrollo personal. Las amistades, las escuelas, universidades e institutos, el trabajo y la interacción con otras personas son factores muy poderosos que de ser negativos atentarían contra los principios de la persona. Si nuestro hijo no tiene una buena base en valores y personalidad será muy fácil que las “malas juntas” influyan en él.

Cabe mencionar que los conflictos sociales, problemas económicos, inseguridad ciudadana, también afectan a los jóvenes. Las necesidades que hay en casa obligan a que el padre y la madre salgan a trabajar para un mayor sustento dejando a los hijos solos y perdiendo la comunicación y orientación permanente que es lo primordial en toda relación paterno-filial. Quizá no sea en todos los casos pero en la  mayoría de familias donde ambos padres están fuera de casa existe descontrol y es allí donde tenemos que actuar para evitar que nuestros hijos se inclinen por el mal camino

Lo mismo sucede con las familias de mayores recursos, donde los jóvenes infringen la ley y son ayudados por su padres para salir libres de todo tipo de acusación, seamos sinceros, es cierto que debemos ayudar a nuestra familia ya que el vinculo que tenemos con ella es muy poderoso, pero si a sabiendas que uno de ellos ha cometido un delito movemos cielo y tierra para que no pague su culpa, nos convertimos en cómplices y sumamos como nuevos integrantes del grupo corrupto de la sociedad. Esto no debe continuar.
Como mencionamos al comenzar el artículo la delincuencia no distingue clase social, es como una enfermedad que avasalla  a toda persona vulnerable. En Lima cada vez son más los jóvenes que conforman las pandillas; es impresionante ver que a temprana edad muchos chiquillos se encuentran asaltando, ingiriendo alcohol, usando drogas y causando terror en las calles.  

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